jueves, 28 de octubre de 2010

PINTURA ROMANA

En la pintura romana influyo decisivamente el arte griego, ya que ya desde la época de César llegaron pinturas griegas que arrancaban de las paredes y se llevaban a Roma.
Al igual que otras artes, la pintura en Roma tenían una finalidad práctica: decorar las casas y palacios.
La pintura mural se realizaba con la técnica del fresco, aunque también se discute que en algunas ocasiones se utilizaran técnicas mixtas. Para la pintura sobre tabla se utilizaban las técnicas al temple y a la encáustica. La gama de colores era amplia, ya que a la del mundo griego y egipcio se les suman algunos colores más. Destacan el negro, el blanco, el rojo y el amarillo, aunque a veces también se utilizaron verdes, azules y violetas. La pintura romana se clasifica en cuatro estilos a partir del siglo XIX y fueron establecido en base a las pinturas conservadas en Pompeya.
El retrato se da desde el s.I a.C. pero es en el s.II cuando proliferan. Destacan los del Fayum, unos retratos funerarios en tela o en madera que están realizados con la técnica de la encáustica.
Los romanos construían los mosaicos con pequeñas piezas llamadas teselas, de ahí que se refiriesen a ellos también como opus tessellatum. Las teselas son piezas de forma cúbica, hechas de rocas calcáreas o material de vidrio o cerámica, muy cuidadas y elaboradas y de distintos tamaños. El artista las disponía sobre la superficie, como un puzzle, distribuyendo el color y la forma y aglomerándolas con una masa de cemento.
Los mosaicos eran para los romanos un elemento decorativo para los espacios arquitectónicos

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