Arquitectura Cretense
En la arquitectura cretense hay una serie de características que se van a dar en toda construcción:
Los muros estaban realizados con mampostería y piedra, como refuerzo, que se va a enlucir, permitiendo la realización de pinturas en el interior.
El suelo podía ser de dos maneras: a base de tierra batida o con losas de piedra.
Los soportes fundamentales son el pilar y, sobre todo, la columna, que será muy característica: normalmente de madera policromada, aunque también podía ser de otros materiales, pero no piedra. El fuste era o liso o estriado, pero en todo caso la parte inferior era menos ancha que la superior. Podía tener basa o no. El capitel estaba formado por dos partes: una montura convexa y grande y un dado aplastado, por lo que se le considera antecedente del capitel dórico, aunque mucho más vasto.
La techumbre adintelada estaba formada por vigas de madera decoradas de manera que formarán frisos. Esto también será imitado por los griegos.
Pintura Cretense
Las características principales de la pintura cretense son:
Es la manifestación más clara, junto con la escultura, de la delicadeza y la gran estilización y belleza de este arte.
De desarrolla sobre todo en el minoico reciente, aunque también se conocen ejemplos del minoico medio. El momento de mayor esplendor se encuentra entre el 1550 y el 1450 a.C.
Sus precedentes están en Egipto, especialmente en la pintura del imperio nuevo y en Mesopotamia, especialmente en el palacio de Mari. Es semejante en técnica y en ejecución a estas pinturas, pero es diferente en los temas y en la ausencia de tantos convencionalismos, rigidez y no encontramos una jerarquización tan marcada.
Es pintura al fresco, aplicada cuando el muro ya está estucado. Se realiza con colores minerales disueltos en agua. También hay algo de relieve. Sólo hay un ejemplo en donde se hace una labor similar a la marquetería, con incrustaciones, que es el ejemplo del mono azul.
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